Museo Pio V de Valencia |
Al final del
servicio dominical, el sacerdote preguntó a su comunidad:
- ¿Cuántos de ustedes han perdonado a sus enemigos?
Todos levantaron la mano, excepto una pequeña viejita.
- Señora Nelly, ¿Es que no está dispuesta a perdonar a sus enemigos?
- Yo no tengo enemigos, Padre.
Respondió dulcemente.
- Sra Nelly, eso es muy raro ¿Y cuántos años tiene ud?
- 98...Respondió, casi con vergüenza de ver que era la más vieja de todos los presentes.
La congregación se levantó y aplaudió
- Oh, Sra Nelly, ¿Puede decirnos cómo se hace para llegar a los 98 y no tener enemigos?
La dulce viejita explicó:
-¡Es que ya ........., ¡todos esos hijueputas se murieron!!
- ¿Cuántos de ustedes han perdonado a sus enemigos?
Todos levantaron la mano, excepto una pequeña viejita.
- Señora Nelly, ¿Es que no está dispuesta a perdonar a sus enemigos?
- Yo no tengo enemigos, Padre.
Respondió dulcemente.
- Sra Nelly, eso es muy raro ¿Y cuántos años tiene ud?
- 98...Respondió, casi con vergüenza de ver que era la más vieja de todos los presentes.
La congregación se levantó y aplaudió
- Oh, Sra Nelly, ¿Puede decirnos cómo se hace para llegar a los 98 y no tener enemigos?
La dulce viejita explicó:
-¡Es que ya ........., ¡todos esos hijueputas se murieron!!
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